Todo iba perfecto. Distracción, si eso se necesitaba. Charlas con amigos, tele, algo.
-¿Qué paso?
La distracción ya no cumple su función. No importa lo que haga, estas continuamente ahí, siempre, ya no importa cuanto me esfuerce.
Estaría tan agradecida de que te quedes.
El problema empieza cuando se convierte en necesidad.
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